Un aspecto importante del entrenamiento de la fuerza para la mejora neuromuscular es que las adaptaciones se pueden dar de manera relativamente rápida. Por ello, los usuarios desde muy pronto podrán experimentar ya claras mejoras en su funcionalidad gracias a la neuroplasticidad del ser humano.
Estas mejoras si simbióticamente se asocian con las mejoras que aporta el entrenamiento del control de la postura, que en muy poco tiempo también aportan hasta un 31% de mejora motriz. Son el camino seguro hacia una excelencia motriz máxima y requerida para las necesidades contextuales del cliente.
Beneficios del entrenamiento de fuerza y neuroplasticidad
En términos generales, la neuroplasticidad es “la capacidad del sistema nervioso para responder a estímulos intrínsecos y extrínsecos reorganizando su estructura, función y conexiones”. Estas modificaciones estructurales y funcionales en circuitos específicos del cerebro y la columna vertebral contribuyen al rápido aumento inicial de la fuerza muscular voluntaria máxima después de un período relativamente corto de entrenamiento de la fuerza.
La ganancia en funcionalidad, como es el caso del aumento de la fuerza muscular voluntaria máxima, es una adaptación positiva al entrenamiento de la fuerza como resultado de modificaciones en el comando neural y la activación de los músculos. Tradicionalmente se sabe que hay un fuerte aumento inicial en las contribuciones del sistema nervioso a las ganancias de fuerza.
Estas se estabilizan después de algunas semanas de entrenamiento de la fuerza cuando la hipertrofia muscular se convierte en el factor determinante de las ganancias de fuerza. Siempre y cuando el estimulo o estrés aportado, junto con el descanso y la alimentación se combinen adecuadamente para tal logro estructural.
El entrenamiento de la fuerza y su importancia en el acondicionamiento físico
En resumen, los argumentos aquí presentados establecen que “los aumentos en la fuerza máxima y la tasa rápida de desarrollo de la fuerza están asociados con una mayor activación de los músculos impulsores primarios”. Se sabe desde hace décadas que las adaptaciones estructurales y funcionales a nivel espinal y supraespinal que influyen en las ganancias de la fuerza se dan consistentemente durante las primeras 2 a 12 semanas de entrenamiento. ¿Cómo? Debido a una mejorar activación neural de la maquinaria contráctil del músculo esquelético.
En 1990, el Colegio Americano de Medicina del Deporte fue el primero en reconocer el entrenamiento de sistemático de la fuerza como un componente importante de un programa integral de acondicionamiento físico para adultos de todas las edades. Desde la publicación de ese documento histórico, el entrenamiento de la fuerza ha sido respaldado por la Asociación Estadounidense del Corazón.
También por la Asociación Estadounidense de Diabetes, el Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Y, ¿cómo no? Por la Asociación Estadounidense de Rehabilitación Cardiovascular y Pulmonar, el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos de América para personas con y sin enfermedad cardiovascular, etc.
El entrenamiento de la fuerza ayuda a la longevidad
En la línea de lo explicado hasta aquí, debe enfatizarse algo muy importante. Cada vez se reconoce más el papel de la fuerza muscular en el desempeño de las actividades de la vida diaria y el ejercicio. También en la prevención de enfermedades crónicas. El entrenamiento con ejercicios de fuerza aumenta la fuerza muscular. Actualmente es prescrito por las principales organizaciones de salud para mejorar la salud y el estado físico. Asimismo, también se sabe que la aptitud cardiorrespiratoria proporciona información valiosa sobre el riesgo general de enfermedad y muerte en adultos en un amplio espectro de edades. Todos estos hallazgos son aplicables tanto para personas aparentemente sanas como para aquellas con alteraciones crónicas.
De manera particular, se sabe los resultados de diversos estudios prospectivos que han demostrado que la fuerza muscular está inversamente asociada con la mortalidad por todas las causas. Concretamente, análisis preliminares en estudios longitudinal mostraron una asociación inversa entre una medida estandarizada de la fuerza muscular y la mortalidad por todas las causas después de controlar varios factores de confusión potenciales, incluida la aptitud cardiorrespiratoria.
Estos hallazgos son válidos para hombres de peso normal, aquellos que tienen sobrepeso y hombres más jóvenes o mayores. Cabe reseñar que son válidos incluso después de ajustar por varios factores de confusión potenciales, incluida la ya comentada aptitud cardiorrespiratoria. Por tanto, la fuerza muscular parece sumarse al efecto protector de la aptitud cardiorrespiratoria contra el riesgo de muerte en los hombres.
Los beneficios del entrenamiento de fuerza en el deporte
La importancia de la fuerza con respecto al rendimiento físico-deportivo se ha destacado en estudios científicos de revisión recientes. Los beneficios de aumentar la fuerza muscular incluyen una influencia positiva en la tasa de desarrollo de la fuerza y la potencia. También en el rendimiento mejorado en saltos, carreras de velocidad y cambio de dirección, mayores magnitudes de potenciación y mayor economía de carrera.
Hay pruebas contundentes que respaldan la noción de que la fuerza máxima sirve como una de las bases clave para generar altos niveles de potencia. También se sabe que mejorar y mantener altos niveles de fuerza son de suma importancia para mantener a lo largo del tiempo estas adaptaciones positivas.
Programas de fortalecimiento y los beneficios del entrenamiento de la fuerza
Lo que parece que se ha analizado menos en los últimos años es el impacto del entrenamiento de la fuerza en la salud musculoesquelética. Esto es sorprendente dado que en la literatura previa tradicionalmente siempre se ha destacado que el entrenamiento de la fuerza puede reducir las lesiones físico-deportivas agudas en un tercio y las lesiones por uso excesivo en casi la mitad.
Además, los programas de entrenamiento de la fuerza parecen superiores a las actividades de estiramiento. También en el entrenamiento de propiocepción y los programas de exposición múltiple para reducir el riesgo de lesiones deportivas.
Además, tradicionalmente se ha conocido que las personas con una fuerza relativamente alta en la parte inferior del cuerpo tienen un riesgo reducido de lesiones en comparación con aquellos más débiles. También se sabe que aquellas personas más fuertes tienen una mejor tolerancia tanto a cargas de trabajo absolutas más altas como a picos de carga que aquellos más débiles. Sin duda, este es uno de los beneficios del entrenamiento de la fuerza.
Incidencia de los programas de fortalecimiento en la salud deportiva
A pesar de su aparente efectividad para la reducción del riesgo de lesiones, todavía hay mucha menos cobertura sobre el efecto positivo del entrenamiento de la fuerza sobre el riesgo o ocurrencia de lesiones dentro de la literatura científica. Esto puede deberse a su pobre integración dentro de la rehabilitación musculoesquelética.
Sin olvidar la escasez de las estrategias de prevención primaria para lesiones físico-deportivas. Esto se ve aún más limitado por una comprensión y un conocimiento deficientes de las pautas de actividad física entre los profesionales de la salud, lo que plantea desafíos para su integración en la práctica de la medicina deportiva.
De hecho, no es raro que los profesionales de la salud recomienden “programas de fortalecimiento” con 10 o más repeticiones por serie sin una indicación clara de la intensidad adoptada. Aunque la mayoría de los modos de entrenamiento de la fuerza han demostrado mejoras en la fuerza en individuos inactivos / desentrenados durante las primeras semanas, se debe señalar que los “programas de fortalecimiento” y el “entrenamiento de fuerza” no son lo mismo. Por lo tanto, no se pueden usar indistintamente.
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